Dichas y Desdichas
Quien se acerque a Dirección de la derrota observará que es un poemario regido por la letra D: todos sus títulos (a pesar tanto de su doctrina como de su dedicatoria) comienzan por esa letra. Pero no bromeo al asegurar que la D fue designada a dedo, ni miento al atestiguar que lo que despuntó como la excusa para defender un asomo de interdependencia entre los distintos textos ha acabado, despótico, por ganarme la partida. Me he visto sacudido por la selección de una letra tan desvergonzada como digna. Ahora, ya sea por deliberación o por destino, creo en las virtudes definitorias de la letra D: D de deleites, desdenes, democracias, dictaduras, desahogos, descalabros, disimulos, diferencias, donaires, desconsuelos. (De daño, dardo, delito, delirio, dispar, disparo, droga, dogma, duda, ducha...). D de palabras dichas y de palabras desdichas, en definitiva. |