Pequeñas palabras para una voz mayor
Este libro de Àlex Susanna -uno de mis escritores preferidos de entresiglos- viene a ser un diario; una grave, profunda, rigurosa meditación confesada. La narración entrañable, en voz baja, de un agudo saber acerca del mundo interior y cotidiano de nuestro poeta: los enigmas de su realidad, sus claves ocultas y emergentes, la másica de sus sentidos.
Indagación y testimonio, desde la serenidad de una intensa vida retirada, de su propio horno viator: pensamientos, hábitos, deseos, preocupaciones. El dulce hogar, el paisaje habitable, los recuerdos cautivos, las emociones fértiles, el paso del tiempo y sus estragos, la evanescente arquitectura de la felicidad. Las artes y las letras, la solidaridad con los que sufren, la familia, la amistad, el amor y la muerte.
Realismo existencial en textos antológicos de cuadro de género. Fundación de una actitud ante el destino de la condición humana: la esperanza comprometida, aquí expresada en tono coloquial, de confidencia, con la más exquisita sencillez.
En el proceso de traducción ha colaborado conmigo Raquel Arroyo, que realizó la primera, básica, traslación literal de numerosos poemas. Y me apuntaron sugerencias decisivas Marta Gallart, Inmaculada y Javier Muro. En nombre de esta poesía y de sus afortunados lectores, gracias.
Ángel Guinda