Trento (o el triunfo de la espera)

José Manuel Lucía Megías

Trento (o el triunfo de la espera)

SOLAPA

Hora es de hacer notar que la sangre de esa desazón no llegará a teñir de sangre las límpidas aguas del río, porque los días académicos italianos tocarán a su fin, y los amantes volverán a reunirse como si el tiempo no hubiese pasado, dioses en el Olimpo de un amor que, a fuer de verdadero, no puede permitirse el más ligero desmayo, la más mínima huella de un olvido. José Manuel Lucía Megías nos cuenta todo el proceso en versos sabios, conmovedores, palpitantes de vida y emoción. 

Seguros de no defraudarte, te invitamos, lector, a pasear tus ojos y tu alma por las calles verbales de este Trento fantasmagórico que, de principio a fin, no es la histórica ciudad italiana, sino un espacio de desasosiego regido por la espera del amado. 

Luis Alberto de Cuenca

Epílogo 

L a e s p e r a

La espera, esperar, es un tema insondable y este año me ha vuelto a herir su espuela con Trento, poemario de unidad caleidoscópica, libro de José Manuel Lucía Megías, publicado en edición bilingüe con el subtítulo «o il trionfo dell’attesa». 

Todo lo absurdo, necesario, esperanzador, misterioso, desesperante e inexplicable de ese tema que –queramos o no- nace, muere y renace en el tabernáculo de nuestras vidas y es compañero inevitable de amor y desamor, alegría y tristeza, mentira y verdad, lo va desgranando en su libro, a oscuras o en resquicios de luz, este poeta genuino que, millonario en lenguas, enseña literatura medieval en la Universidad Complutense de Madrid. 

En el último poema de Trento, Lucía Megías vuelve a lo divino lo que parecía ser una espera terrenal o se atreve a decirnos que lo terrenal y lo divino se funden en el misterio de esperar. 

Medardo Fraile

Nota del autor

En el año 2009 publiqué la primera versión de Trento (o el triunfo de la espera) en la editorial italiana Levante Editori de Bari, dentro de la colección «I quaderni di abanico», que dirigen Lucia y Emilio Coco. En esta nueva versión, además de incorporar la traducción al español del prólogo de Pietro Taravacci y un texto que el querido Medardo Fraile publicó en su columna «La Raya» en Cuaderno del Sur (2011), se han hecho algunos pequeños cambios en el texto, tanto en español como en italiano. Trento (o el triunfo de la espera), que nunca se distribuyó en España y no es conocido por el público español, goza ahora de una nueva vida gracias a Olifante. Una verdadera vida poética.

NOTA BIOBIBLIOGRÁFICA

Foto: Jesús Miguel de la Fuente

José Manuel Lucía Megías (Ibiza, 1967) es catedrático de Filología Románica en la Universidad Complutense de Madrid y codirector del grupo de investigación UCM Poéticas de la Modernidad. Poeta y dramaturgo, ha publicado diversos libros de poemas; los editados antes de 2017 fueron recogidos en El único silencio (Poesía reunida, 1998-2017), en la editorial Sial Pigmalión (2018), donde también se publicó la antología realizada por Pablo Moro: Yo sé quien soy. Inventario de una noche (2018). Sus últimos libros son Versos que un día escribí desnudo (2018), Aquí y ahora (2020), Flores en el asfalto (2021), Elogio del instante (2021), Diario de un viaje a la tierra del dragón, con traducción al chino (2021), El fin es solo un accidente (XLI Premio Internacional de Poesía «Juan Alcaide») (2022), Kabul, crónica de un silencio (Premio Estandarte al Mejor libro de poesía 2023) (2023) y el foto-libro poético Instantes (2023). Como ensayista ha publicado en los últimos años los siguientes libros: Yo soy Catalina de Salazar, mujer de Cervantes (2021), Defensa de la modernidad. Emilia Pardo Bazán, catedrática de la Universidad Central (2022) y José Luis Sampedro. Un hombre fronterizo (2023). 

Durante los años 2022 y 2023 fue presidente de la Sección de Literatura del Ateneo de Madrid. 

https://www.ucm.es/jmluciamegias/


POEMA

[DEMASIADO HORIZONTE PARA SER UN RÍO] 

Demasiado horizonte para ser un río. 

Demasiadas orillas para ser el mar. 

Demasiado silencio para ser una fuente. 

Demasiadas sombras para ser un lago. 

Sueño abrazado a tu espalda 

que me ahogo en medio de la noche, 

en esta noche sin horarios ni despertadores, 

que en mi boca saltan las palabras 

como peces fuera del nido del acuario 

y que en el silencio oscuro de la cama 

mi respiración es la única respuesta 

a tantos gritos sin voz, en silencio. 

Duermo abrazado a tu espalda 

y sueño que me ahogo, poco a poco, 

en la cámara lenta de las pesadillas… 

Duermo abrazado a tu espalda 

por más que tú estés a cientos de kilómetros 

y no puedas escuchar, en el silencio de la noche, 

cómo mi garganta es una fuente, un lago, un río, 

el mar 

en que la corriente de tus sílabas ahoga la espera. 


[TROPPO ORIZZONTE PER ESSERE UN FIUME] 

Troppo orizzonte per essere un fiume. 

Troppe rive per essere il mare. 

Troppo silenzio per essere una fonte. 

Troppe ombre per essere un lago. 

Sogno abbracciato alla tua schiena 

che affogo in piena notte, 

in questa notte senza orari ne sveglie, 

che nella mia bocca saltano le parole 

come pesci fuori dal nido dell’acquario 

e che nel silenzio oscuro del letto 

il mio respiro è l’unica risposta 

a tante grida senza voce, in silenzio. 

Dormo abbracciato alla tua schiena 

e sogno che affogo, poco a poco, 

nella camera lenta degli incubi... 

Dormo abbracciato alla tua schiena 

nonostante tu stia a centinaia di chilometri 

e non possa ascoltare, nel silenzio della notte, 

che la mia gola è una fonte, un lago, un fiume, 

il mare 

in cui la corrente delle tue sillabe affogano l’attesa.